Fisioterapia
La Fisioterapia está definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1958 como: “El arte y la ciencia del tratamiento por medio del ejercicio terapéutico, calor, frío, luz, agua, masaje y electricidad”.
Y según recomienda el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco (COFPV): “Acudir al fisioterapeuta si existe dolor o si se está en fase de recuperación de una lesión es fundamental para garantizar un buen entrenamiento y evitar posibles dolencias”.
Así pues la Fisioterapia se ocupa de la recuperación física y de la prevención de lesiones.
Aunque la definición de la OMS es correcta en la Clínica Unanue, como profesional en la materia, le doy una vuelta de tuerca a este concepto. De hecho me formé inicialmente como fisioterapeuta; esto me sirvió a modo de introducción en las terapias manuales, evolucionando después como profesional hacia la Osteopatía; un concepto de salud más amplio y global. Esta línea formativa a de ser así ya que lamentablemente la Osteopatía no esta oficializada en España como profesión sanitaria. Esta titulación en Fisioterapia me sirvió como base formativa para aprender a analizar minuciosamente y con rigor médico los informes clínicos que traiga el paciente (si los tiene) y para practicar en él/ella una exploración ortopédica clásica, basada en pruebas manuales, para determinar el alcance de la lesión (si este fuera el caso o motivo de consulta). Pruebas que determinan las capacidades funcionales, la amplitud del movimiento articular y en nivel de fuerza muscular. Todas estas pruebas diagnósticas servirán después para el control de la evolución.
Por lo tanto en nuestro centro de Las Arenas practico, de un modo relativo, una “fisioterapia personalizada” para cada patología y para cada tipo de paciente. Como he explicado previamente con un diagnóstico previo realizo una profunda exploración del/la paciente que me permitirá establecer un tratamiento óptimo. Al ser un tratamiento personalizado, la estrecha comunicación con el/la paciente me ofrece la posibilidad de reevaluar de manera continuada, y si fuera necesario, replantear el tratamiento inicial.